El cómic nació en América en 1896. Aquellas historietas en las que los personajes cobraban vida a través de globos y bocadillos también llegaron a España pero no consiguieron calar en población hasta 1917 momento en el que el primer ejemplar del semanario TBO vio la luz.
Este cómic tuvo un impacto tan fuerte en la sociedad española de la época que a partir de ese momento los cómics en España comenzaron a llamarse TBOs. A ello contribuyó una potente campaña de publicidad en la que el eslogan rezaba: “Yo quiero un TBO, yo quiero un TBO. Si no me lo compras lloro y pataleo”. En ella se veía a un niño demandando a sus padres que le comprasen uno de estos cómics. Librillos que fueron creados para niños pero que gozaron con el favor de la población infantil y adulta.
Las primeras publicaciones contaban historietas que no tenían continuidad. La vida de sus personajes estaba limitada a las páginas de un ejemplar en concreto pero los creadores de TBO, y también las editoriales de la competencia, se dieron cuenta de que la sociedad necesitaba más de estas historias; por ello crearon personajes de largo recorrido: súper héroes, familias, investigadores... Así nacieron personajes entrañables como la familia Ulises, El guerrero del antifaz, El hombre de piedra, El Capitán Trueno, Melitón Pérez , Pulgarcito... Éste último, gracias al humor presente en sus páginas, fue de los pocos que pudo sortear la censura sin que sus publicaciones se vieran sesgadas. Así, en sus páginas pueden leerse historias de política y estraperlo que fueron publicadas a finales de los 40 y principios de los años 50. Una hazaña que confiere a estos ejemplares un valor económico importante a día de hoy.
Museo del TBO en Albacete
Valeriano Belmonte, el albaceteño que ha solicitado al Ayuntamiento un espacio público para crear el primer museo público del TBO en nuestro país, ha preparado una exposición conmemorativa con motivo del siglo de vida de estas publicaciones. La muestra, en la que podrán verse un centenar de TBOs abrirá sus puertas el viernes 17 de marzo en la Biblioteca Pública. En la misma se expondrán también dibujos creados por el albaceteño que rendirán homenaje a los personajes que marcaron la historia del noveno arte. Estas cuartillas estarán a la venta y todo lo logrado con su venta irá destinado, de manera íntegra, a Cruz Roja Albacete.
Belmonte cuenta con una colección de casi 7.000 ejemplares que estaría dispuesto a ceder a la ciudad si el consistorio aprobase la apertura de un museo dedicado al noveno arte.