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ACTUALIDAD EN ABM

Libera tu hogar de tóxicos

Libera tu hogar de tóxicos

En Europa se comercializan más de 100.000 sustancias químicas sintéticas y menos del 1% han sido evaluadas como inocuas para la salud o el medio ambiente. Sabemos también que muchas están presentes en nuestro hogar pero nada nos ha llevado a pensar en el efecto que éstas puedan tener. Ni siquiera hemos valorado adoptar medidas de higiene química que nos permitan vivir en un hogar sin tóxicos. Los insecticidas que utilizamos de manera cotidiana han sido diseñados para tener efecto sobre organismos vivos, pero ¿Se ha parado a pensar que los humanos también lo somos? ¿Ha tomado un minuto para leer el etiquetado de un ambientador en el que dice que no está aconsejado respirar ese producto o que ha de colocarse en una habitación lo suficientemente ventilada? ¿Ha pensado en el efecto que todos estos limpiadores, ambientadores, barnices, suelos… pueden tener en su cuerpo? El periodista Carlos de Prada, autor del libro ‘Hogar sin tóxicos’ nos habla de algunos de los efectos y nos explica posibles soluciones a tomar. Reconoce que los españoles tenemos un escaso nivel de conocimiento acerca de los contaminantes químicos que hay en las casas. La exposición a éstos supone un problema con un elevado coste sanitario en Europa. Según la Endocrine Society, la Unión destina hasta 270.000 millones de euros a los problemas de salud provocados por la exposición a estos productos que contienen disruptores endocrinos –sustancias que pueden alterar el equilibrio hormonal- Según señala de Prada: “pueden estar asociados a una mala calidad del semen, diabetes, obesidad, alergias, problemas con el desarrollo en el sistema nervioso central, o cánceres hormonodependientes, entre otros. Especialmente vulnerables son embarazadas y niños pequeños porque durante el desarrollo del feto se dan “ventanas de exposición”, es decir, momentos en los que existe una especial vulnerabilidad por la presencia de estos contaminantes que pueden causar efectos en la formación o en el desarrollo de un órgano. “Según lo que establece la comunidad científica, no hay un umbral de exposición seguro”, matiza el escritor al mismo tiempo que señala que no hay que obsesionarse. Asimismo explica que en el etiquetado de los productos suele haber muy poca información, y denuncia que la que aparece está sesgada “Citan el uso de fragancias pero no especifican qué sustancias contienen esas fragancias”. También lamenta los intereses económicos creados y que las leyes protejan a las grandes compañías. “Hay mucho oscurantismo, incluso algunas de las sustancias están protegidas por el secreto comercial”. ¿Dónde los encontramos? En la cocina podemos encontrar, por ejemplo algunos antiadherentes de las sartenes y presencia de Bisfenol A en envases plásticos y algunas latas de comida. Se aconseja cambiar las sartenes antiadherentes por unas de acero inoxidable o hierro colado. También reducir en lo posible, aunque sin dramatizar, el contacto de los alimentos con determinados plásticos como el BPA. Por supuesto, no calentar el alimento en un recipiente de plástico ya que se puede producir migración de contaminantes hacia la comida. La liberación de dichos componentes es mayor a temperaturas más altas, pero solo por el contacto ya habrá trazas de los mismos. “En Francia se ha prohibido la presencia de Bisfenol A en latas en contacto con alimentos, pero en España aún no se ha hecho nada” apunta de Prada. Productos de limpieza: Pueden dejar en el aire o el polvo doméstico compuestos que estaríamos respirando constantemente por eso es aconsejable utilizar productos de limpieza ecológicos o naturales como los que usaban nuestras abuelas: vinagre, bicarbonato, limón... Ventilar el hogar es fundamental para reducir la cantidad de contaminantes acumulados. Y para perfumar el hogar podemos usar hierbas aromáticas, canela, clavo, cinamomo… en lugar de ambientadores químicos. El Wifi es otra fuente de contaminación. Para minimizar sus riesgos podríamos primar la conexión por cable o apagarlo durante las horas de sueño y cuando no estemos utilizándolo.También tenemos que tener cuidado con los productos de higiene personal porque penetran en la piel y se filtran al torrente sanguíneo. Los efectos de los contaminantes son muchos, en el peor de los casos, irreversibles, por lo que es importante adoptar medidas de higiene química para empezar a reducir la exposición a estas sustancias y así depurar nuestro cuerpo.

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